Los Entornos Personales de Aprendizaje nos han permitido asumir un rol más activo, autónomo y consciente en nuestro proceso de aprendizaje.
A través de la integración de herramientas digitales, redes sociales, plataformas educativas y recursos personalizados, hemos aprendido a construir entornos que se adaptan a nuestras necesidades, intereses y ritmo de aprendizaje.
Reconozco que el desarrollo de un PLE efectivo no es inmediato ni automático; requiere habilidades digitales, capacidad de organización, y sobre todo, una actitud proactiva hacia el aprendizaje continuo.
En este sentido, el modelo educativo debe evolucionar para no solo incorporar tecnologías, sino también para promover una cultura de aprendizaje centrada en el estudiante, donde se valore la diversidad de caminos para aprender.
